De padres y madres, de hijos e hijas
Obtener una padre. Ponle un gran corazón, un diagnóstico que pesa incluso con solo escucharlo, las voces y el alcohol. Sume un dolor, luego otra pérdida, luego una, dos rupturas, un escape y una rendición. Agrega un hijo, luego otro y otro. Ponga en él a una mujer que pierde el amor, pero que no se rinde y no se hace a un lado. Luego ponle la fragmentación: la gente se dispersa. Un grupo que se está desintegrando, un núcleo que se va.