Trastornos alimenticios: cuando el cuerpo se convierte en enemigo
I Trastornos alimenticios afectan a un número cada vez mayor de personas, especialmente a las adolescentes jóvenes. Son trastornos que ocurren en el área de la nutrición y tienen en común un ataque violento al cuerpo y a las necesidades de nutrición y relaciones. En casos severos, puede ocurrir hospitalización e incluso la muerte.
¿En qué se diferencian los trastornos alimentarios entre sí?
Entre los principales "Nutrición y trastornos nutricionales" podemos distinguir:
- L'anorexia nerviosa, caracterizado por una pérdida de peso progresiva bajo límites aceptables y, a menudo, para las niñas, por la desaparición de la menstruación.
- La bulimia nerviosa, con atracones recurrentes seguidos de comportamientos compensatorios como vómitos, abuso de laxantes, ejercicio excesivo, etc.
- Il trastorno de alimentación no controlada, caracterizado por atracones recurrentes sin conducta compensatoria.
También elobesidad, donde no se encuentran causas genéticas o alteraciones orgánicas específicas, se considera otro ejemplo de trastorno alimentario.
El origen: un vínculo entre la comida y las emociones.
Todos los síntomas y comportamientos descritos se originan en un fuerte malestar emocional, tan doloroso e insoportable, para determinar un profundo desapego de la vida emocional, un estrategia defensiva para no "sentir" el angustioso vacío que viene de adentro. Este malestar emocional tiene sus raíces, a menudo inconscientemente, en las primeras relaciones con figuras de apego (los primeros lazos adulto-niño basados en el cuidado). Desde el nacimiento, de hecho, la nutrición está estrechamente relacionada con la calidad de la relación emocional madre-bebé. Además de asegurar la supervivencia y el sustento físico del recién nacido, una buena relación de apego "nutre" la personalidad en construcción, satisfaciendo el Necesidades emocionales de seguridad, contención y amor.
Con esta confianza básica, se puede construir una personalidad con una buena riqueza de recursos, capaz de adaptarse al mundo y a las personas que lo rodean. Si, por el contrario, esta relación por diversas razones no puede satisfacer estas necesidades emocionales primarias, la personalidad se desarrollará sobre bases inciertas recurriendo a mecanismos de defensa psicológica para protegerse del impacto de las emociones negativas abrumadoras y desestabilizadoras.
En el caso de los trastornos alimentarios, las defensas más utilizadas son las negación de la necesidad emocional y de la relación con el otro.
¿Por qué la adolescencia?
La adolescencia se caracteriza por profundos cambios físicos, emocionales y psicológicos. En una evolución positiva, lleva a la definición de la identidad adulta, a la aceptación de uno mismo y del cuerpo sexual, a la capacidad de construir relaciones gratificantes.
Tal proceso, sin embargo, puede reactivar antiguos conflictos no resueltos y conducir a un bloqueo en el desarrollo emocional y mental, sobre el cual los modelos estéticos propuestos por los medios pueden ejercer una influencia nociva.
Dejar de alimentarse o hacerlo de manera desordenada y perjudicial para el cuerpo se convierte en una forma más o menos consciente de oponerse al propio crecimiento y evolución y de dar voz a los conflictos presentes en las relaciones familiares, que no han encontrado canales para ser expresados y reconocido.
Intervención psicológica con personas con trastornos alimenticios.
En el trabajo clínico con personas que han desarrollado un trastorno alimentario, hay una falta de interés en su salud y los riesgos orgánicos a los que están expuestos, la atención exclusiva y aparentemente frívola para contar calorías, el control de peso, la exaltación de la delgadez. para ganar la aprobación de los demás. Transmiten una fuerte sensación de inconsistencia y una profunda sensación de angoscia e impotencia por la rígida determinación de continuar su comportamiento autodestructivo. La experiencia que tratan desesperadamente de enfrentar es, en realidad, una dramática sensación de vacío, de soledad y fragilidad identidad.
Reconocer en el síntoma alimentario una campana de alarma y una solicitud de ayuda, es esencial para poder intervenir temprano e intenta curar las heridas invisibles que atormentan la vida interior de quienes la padecen.
La intervención más efectiva implica un soporte nutricional y un intervención psicoterapéutica. Especialmente en la adolescencia se recomienda un espacio terapia individual y un espacio de terapia familiar en el que trabajar con el sistema completo. De esta manera, es posible activar un proceso de reparación tanto a nivel intrapsíquico como relacional.
Ilaria Saponaro
* Notas sobre el autor:
Ilaria Saponaro es Piscóloga y Psicoterapeuta con orientación psicodinámica y sistémica-relacional. Lleva años trabajando en el diseño e implementación de intervenciones psicoeducativas para niños y adolescentes e intervenciones de apoyo a la crianza de los hijos. Colabora con la organización sin fines de lucro CIES para el Centro Juvenil y Escuela de Arte “MaTeMù” y coordina actividades educativas en las escuelas de la asociación. Realiza actividades de facilitación y formación con motivo de cursos de formación, seminarios y talleres. Colabora con el centro clínico del Instituto de Terapia Relacional Integrada (ITRI) especializado en el tratamiento de los trastornos alimentarios. Trabaja como psicoterapeuta en privado, ofreciendo orientaciones y trayectorias terapéuticas para el individuo, la pareja o la familia. Desde 2016 es miembro ordinario de Psy + Onlus con quien colabora en el área de servicios de psicología escolar y como psicoterapeuta del Centro de Consulta Clínica.
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